sábado, agosto 30, 2008

INVENTARIOS

Para Celeste y su abuelo Luis, el Gran Fangio


El ritual más antiguo del mundo

Los abuelos eran magos, siempre lo sospechó. Las visitas al mercado tomado de la mano de Samuel eran cacerías de bestias magníficas, enormes. Más tarde, Leocadia, la abuela cómplice, preparaba con fuego, y otras sustancias, los maravillosos despojos en el crisol de la casa. Unos discos de masa de maíz saltaban como soles ardientes de un oscuro comal a un trapo para resguardarse, luego de haber girado velozmente entre sus manos. Frutos rojos, mezclados con unas pequeñas vainas verdes en un mortero de piedra, se transfiguraban en un líquido casi espeso, que servía como aderezo. De una olla vertía una sustancia café, caliente, para mezclarla enseguida con otra blanca, puesta en descomunales vasos de cristal. Al cabo de no mucho tiempo, sentados en la mesa, empezaba el ritual más antiguo del mundo, el más poderoso. Qué delicioso era comerse las vísceras, y la carne, del enemigo. De ella, el niño heredó la manera de hacer soles de maíz con los dedos, y el velado secreto de que, éstos saben mejor cuando mayores son las carencias. De él no pudo aprender la manera de preparar las misteriosas bebidas de aguardiente de caña con jobos que tanto hacían reír al viejo cuando, sentado en una esquina, veía pasar todas las casas menos la suya. No pudo, se fue una madrugada del primer día de enero, el año en que desde las montañas del sureste mexicano se levantaban los rostros de la pobreza, dejando a su compañera, que aún persiste. Hace tanto que no consume vísceras de animales nobles, pero aprendió a diferenciar, entre las oscuras sombras de la cueva del mundo, al verdadero enemigo. Y espera, mientras ve pasar todas las puertas menos la que le corresponde, gracias al efecto del tabaco, a que la bestia de la barbarie se descuide para encajarle el más mortal de los dibujos.

miércoles, agosto 27, 2008

martes, agosto 26, 2008

lunes, agosto 25, 2008

sábado, agosto 23, 2008

INVENTARIOS

La cura

La bruja fue la última opción para el pequeño, luego de intentar, sin éxito, acallar con psiquiatría las imágenes que lo hacían hablar sin sentido al pie de la cama, con los ojos redondos como luna llena. Sesiones repetidas, pero espaciadas en tiempo, se aplicaron para curar el espanto. La mujer de cabeza blanca llenó su boca de vino jerez, y succionó, con minuciosa sabiduría, las entidades malhechoras a través de la piel recién bañada del niño, embriagándolas en la etílica trampa contenida entre sus labios, paladar, y lengua. Al final, con la fuerza de su aliento, soltó el cargamento purificado sobre el cuerpo de él en un chorro huracanado de infinitas gotas de oscuro licor. Una oración brotó de la garganta de la anciana, más bien un murmullo, casi inaudible, para asegurar por intercesión el trabajo hecho. Dos premoniciones reveló a la madre. Mente, o corazón, cualquiera de las dos. Pero de la soledad, y del dolor de hartazgo, no dijo nada.

Nunca, en lo porvenir, han desfilado espectros ante el paisaje de su mirada. Nunca ha escuchado los misteriosos cánticos que los fantasmas siembran en el viento. Tampoco lo han tocado las manos de quienes, creyéndose aún vivos, navegan erráticos en el mar del sufrimiento. Nunca. Ha sido tanto el ruido del mundo que ha preferido callar para escuchar el pulso del universo que musita debajo de espantosas plegarias. En el vino tinto ha encontrado el mágico abrazo femenino que lo acaricie por dentro, y lo proteja de los demonios de la realidad heredada. En el tabaco el amigo que mejor lo escucha en silencio. En los libros, benditos, la ventana en que dialoga con las palabras vivas de algunos muertos memorables. Hasta que un día entendió por qué, de la soledad, nada le dijeron, nada.

miércoles, agosto 20, 2008

martes, agosto 19, 2008

lunes, agosto 18, 2008

sábado, agosto 16, 2008

INVENTARIOS

Mundos paralelos

Existen ámbitos paralelos al nuestro. El niño, en aquellas tardes lo descubrió. Una delgada cortina separaba, apenas, los dos mundos. Uno donde la gravedad impone la verticalidad como signo de la más alta evolución humana. Otro donde los cuerpos, casi desnudos, sumergidos en átomos incalculables de hidrógeno y oxígeno, se desplazan como aves, casi libres, de las ataduras del vestir. En aquellas tardes lo supo, gracias a las incontables veces en que, en zambullidas, traspasó tanto la barrera del tiempo lineal que regresaba a casa, desde el más allá, con la piel húmeda y arrugada. Una vez, qué extraño resultó, presenció la transformación de un adulto en infante. Hay fuerzas latentes en los oscuros parajes de la piel que brotan, sin miedo, cuando se traspasa una puerta. Otras veces, también lo vio, sirenas sin alas, suspendidas por poco, dibujaron la efímera forma del deseo con sus largos y ondulantes mechones. Este recuerdo, ¿por qué?, jamás lo abandonaría. Nunca le pareció suficiente, el nombre y la apariencia que los mayores otorgaban a ese otro mundo, construcción de ingeniería, caja rectangular, contenedor de miles de litros de agua. Cómo es posible que a otro mejor mundo, alivio de la soledad del mundo heredado, alberca, por nombre, le hayan dado. Cómo.

jueves, agosto 14, 2008

miércoles, agosto 13, 2008

martes, agosto 12, 2008

lunes, agosto 11, 2008

sábado, agosto 09, 2008

INVENTARIOS

Desde aquel rincón del universo

Gente. Gallinas amarradas de sus patas como ramos de flores, tiradas en el piso. Mujeres. Cajas de cartón llenas de bolsas transparentes, repletas como globos, de un manjar luminoso, con aroma a leche. Hombres. Sombreros con la huella de largas horas de sol, y de soledad, sobre sus cabezas. Niños, muchos. Guajolotes echados como inmutables lamas, meditativos, en espera del final ineludible. La puerta trasera del camión se abría, y de un salto, el niño y su padre descendían. Qué extraña manera de bajar, pensaba el pequeño. Vaya forma de alunizar, sin luna de por medio. La nave de cuatro ruedas se alejaba al vaivén del calor sobre la carretera asfaltada, hasta convertirse en un punto, allá, en la borrosa línea del horizonte. Piedras. Un sinuoso camino de árida tierra daba la bienvenida a los visitantes. Casa de madera. Árboles, no muy grandes, vereda de verde seco y serenos ocres, pálidos, casi transparentes por el peso de la luz. Otra casa. Y, a no mucho tiempo de andar, el hogar de la abuela paterna aparecía, y en el, una señora de blanca piel les daba la bienvenida con olor a leña quemada, impregnado en su sonrisa y abrazo. El niño nada sabía entonces de los conflictos de aquél ámbito familiar; muy alejado estaba, aún, de los desdichados astros en que se daban las más absurdas peleas entre los miembros del clan. Llevaba consigo, adherido a su piel, la ingenuidad, su mejor traje espacial. Y era tanta, tanta la hermosa llanura del solitario lugar, que sólo había que esperar a que cayera la noche para contemplar las estrellas, desde aquel rincón del universo, nada más.

viernes, agosto 08, 2008

jueves, agosto 07, 2008

UNA CENSURA DE ANTAÑO


En 1992 monté una exposición de caricaturas en los pasillos del Edificio Trigueros, en pleno zócalo de la ciudad y puerto de Veracruz. Abordaba la relación de los medios de comunicación, en especial los electrónicos, con el poder. Con el apoyo de la Dirección de Educación y Cultura de aquella administración municipal pude realizar tal muestra. Lamentablemente fue la misma instancia la que me pidió/condicionó a que retirara, de todo el conjunto de obra, únicamente la que ahora les muestro, por considerarla, en opinión del responsable de área "ofensiva y violenta para el público". La retiré bajo protesta, y en su lugar coloqué un cartel explicando su ausencia.

miércoles, agosto 06, 2008

martes, agosto 05, 2008

lunes, agosto 04, 2008

domingo, agosto 03, 2008

TRÁFICO CREATIVO II



















De vitales trazos e inconmensurable creatividad, aquí, dos obras de Patricio Betteo, uno de los artistas gráficos más importantes de México. Gracias Betteo.

TRÁFICO CREATIVO I

De la pluma de Orazio Barmez, un poema. Gracias Orazio

ECOS

Me he refugiado en el sexo distraído que consume mi cuerpo

en orgasmos furtivos y la sonrisa del desencanto.

¡Benditos! esos cuerpos que me hospedan en su lecho

dejándome vació y seco, esparcido al sol que abraza cuando llega la mañana.

No hay dolor mas inmenso que sentirse abrumado por el eco aquel, que

grita a llantos de la vacuidad esparcida.

Ecos murmurándome en silencio, llanto ensordecido, fondo de mi ego,

nada de estos cuerpos me perdura, sudores vanos que huelen a soledad.

Soledad en ecos perturbados por orgasmos furtivos...


sábado, agosto 02, 2008

INVENTARIOS

Las revoluciones del porvenir

Su espacio preferido era una esquina de la cama de sus padres. Con los dedos moldeaba la sábana hasta darle forma y tridimensionalidad requerida por su mente. Cordilleras de montañas emergían de la nada, y ante ellas la inmensidad del resto del colchón, llanura interminable, pampa de sus solitarios juegos. A los primeros sonidos producidos por su boca aparecían naves imposibles, maquinarias del futuro, mecanos conducidos por una especie humana sin nombre, sin raza, sin rostro alguno. Las batallas entabladas en el espacio suspendido de su infantil creación duraban, quizá, lo que dura un fugaz recuerdo de amor perdido. Hasta que su madre, intrigada por aquellos efectos sonoros venidos de la recámara, interrumpía, sin querer, la guerra que el hijo libraba con su juguete predilecto: la imaginación.

La humanidad del futuro alcanzó un buen día al niño, transfigurado en adulto. ¿O fue él quien dio primero con ella? Las sábanas se convirtieron en pliegos de papel, lienzos y generosos muros. Ahora, en la soledad de la pampa creativa, una pregunta le duele en silencio mientras espera que desde lo alto una nave aparezca y se lo lleve a un mejor mundo posible porque, le parece que en éste, se requieren muchas cosas más que la imaginación para ganar todas las batallas, y además, su organismo no vivirá tanto para las revoluciones del porvenir.