sábado, agosto 16, 2008

INVENTARIOS

Mundos paralelos

Existen ámbitos paralelos al nuestro. El niño, en aquellas tardes lo descubrió. Una delgada cortina separaba, apenas, los dos mundos. Uno donde la gravedad impone la verticalidad como signo de la más alta evolución humana. Otro donde los cuerpos, casi desnudos, sumergidos en átomos incalculables de hidrógeno y oxígeno, se desplazan como aves, casi libres, de las ataduras del vestir. En aquellas tardes lo supo, gracias a las incontables veces en que, en zambullidas, traspasó tanto la barrera del tiempo lineal que regresaba a casa, desde el más allá, con la piel húmeda y arrugada. Una vez, qué extraño resultó, presenció la transformación de un adulto en infante. Hay fuerzas latentes en los oscuros parajes de la piel que brotan, sin miedo, cuando se traspasa una puerta. Otras veces, también lo vio, sirenas sin alas, suspendidas por poco, dibujaron la efímera forma del deseo con sus largos y ondulantes mechones. Este recuerdo, ¿por qué?, jamás lo abandonaría. Nunca le pareció suficiente, el nombre y la apariencia que los mayores otorgaban a ese otro mundo, construcción de ingeniería, caja rectangular, contenedor de miles de litros de agua. Cómo es posible que a otro mejor mundo, alivio de la soledad del mundo heredado, alberca, por nombre, le hayan dado. Cómo.