domingo, mayo 03, 2009

EL INSONDABLE COSMOS

Para mi abuelo Samuel


Cuanto puede suceder en tan sólo un mes. Cuantas cosas se pueden aprender también en este breve lapso de tiempo. Revisando fechas postergadas en mi libreta de apuntes me encontré con la suma de veinte y ocho días de labores en CÓSMICA. Mucho he aprendido y experimentado en tan singular región del universo desde que mi nave cayó sin brújula, y sin sentido aparente. No me creerán, pero varios aerolitos han cruzado la zona del portal, y me han recitado sus secretos; otros, agotados de viajar millones de años luz se han sentado a contarme la bitácora de su eterno retorno; otros más han dejado una estela brillante tras de si para marchar con rumbo desconocido al espacio exterior. Y, de vez en cuando, una que otra estrella sonriente me ha guiñado el ojo, mientras sus labios beben satisfechos la alquimia líquida que robo de los frutos de la Vía Láctea.

Nunca he estado solo; desde que llegué un viejo escorpión, que habita en el baño, me ha hecho más distraído. Juega conmigo escondiendo la llave con la que brota agua del vientre de Acuario. Una colonia de madres hormigas venidas de otras constelaciones han hecho nido detrás del espejo, desde ahí merodean la miel, y el pan dulce. Y mi abuelo Samuel, quien desde el séptimo cielo me recomienda cómo hacer mejor la malteada de cacao que por muchos años preparó, así como yo, en otras costas siderales.

Qué delicioso es andar sin rumbo fijo, y sin pretensiones terrenales, por el insondable cosmos de posibilidades infinitas.

MOSTRADOR 5

viernes, mayo 01, 2009

CAFÉ TIBIO, ABRAZO FRÍO














Hay quienes gustan del café tibio, así en la vida como en el amor, porque caliente quema. Pero hay pirómanos hijos de Júpiter y la exageración, suicidas y erotómanos irrevocables, que les gusta incendiar los prados de la realidad y la conformidad, aunque se queden solos, con la ceniza del tabaco como mejor amante, y bebiendo un buen café caliente en compañía del abrazo frío de los fantasmas.