ECOS
Me he refugiado en el sexo distraído que consume mi cuerpo
en orgasmos furtivos y la sonrisa del desencanto.
¡Benditos! esos cuerpos que me hospedan en su lecho
dejándome vació y seco, esparcido al sol que abraza cuando llega la mañana.
No hay dolor mas inmenso que sentirse abrumado por el eco aquel, que
grita a llantos de la vacuidad esparcida.
Ecos murmurándome en silencio, llanto ensordecido, fondo de mi ego,
nada de estos cuerpos me perdura, sudores vanos que huelen a soledad.
Soledad en ecos perturbados por orgasmos furtivos...